Buenas a todos. ¡Feliz lunes! Ojalá no se nos atraviese mucho el inicio de semana. Hoy os traigo la última intervención que pude hacer el pasado miércoles en el espacio amigo de El café de la lluvia, dirigido y presentado por Javier Fernández. En esta ocasión nos sentamos a hablar de la última gran polémica del mundo literario: la censura a las obras de Roald Dahl. Porque eso es lo que es: censura. La editorial Puffin, propietaria de los derechos de los libros del autor, ha decidido eliminar de las próximas ediciones que publiquen palabras como gordo o feo, con la intención de no ofender a nadie. Como escritor, pero sobre todo como historiador, estoy tangencialmente en contra de modificar o eliminar total o parcialmente el contenido de una obra. Ver obras de su tiempo con los ojos de ahora es un anacronismo, una forma de juzgar sociedades pasadas por parte de mentes mediocres y con demasiado tiempo libre. Mi posición es clara: estaré siempre en el bando contrario de aquellos que buscan eliminar opiniones discordantes, que quieren seguir el discurso único y, por supuesto, la agenda que toca y que viene recomendada por las universidades y élites angloparlantes. Los libros no se tocan.
Si queréis escuchar toda mi intervención, en la que además traigo cuatro recomendaciones publicadas en lo que va de año y que, seguramente, os traeré a lo largo del año, podéis escucharlo aquí. La segunda parte del programa está dedicada a Esther Rodriguez, codirectora de las campañas arqueológicas que se están realizando en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, que nos explicará en qué consiste la V Campaña que actualmente están desarrollando. ¡Espero que os guste el programa!
Contra la inercia 