Reseña Gráfica: Jim Starlin y Jim Aparo – Una muerte en la familia

¡Muy buenas a todos! ¿Qué tal ha ido ese lunes? Espero que bien. Pero, si no, os traigo contenido para que os anime a pasar el resto del día tranquilamente. Y, ¿qué mejor forma que con una reseña gráfica? Hoy, además, os traigo una de las historias más conocidas (y a mi parecer, mejores) de uno de los superhéroes más conocidos del mundo del cómic (junto con Spiderman). Efectivamente, hablo de Batman, concretamente de la historia Una muerte en la familia, del prolífico Jim Starlin, conocido por otras historias como El guantelete del infinito (en la que se basa la película Avenger’s Infinity War), la Guerra del Infinito y partes de las series regulares en los 80 de Silver Surfer y Capitán Marvel. Al dibujo se encuentra Jim Aparo, conocido por ilustrar periodos de las series de Batman, Aquaman, Green Arrow o The Brave and the Bold, serie de DC que es muy interesante y de la que espero poder hablaros pronto. ¡Vamos a descubrir qué nos pareció!

Portada de la historia de la editorial ECC.

La historia fue lanzada en el año 1988, y aunque es parte de la serie regular de Batman, puede leerse de forma independiente si buscas un poco de contexto previo: el segundo Robin, Jason Todd, no era especialmente querido por los lectores del héroe de Gotham. Por ello, DC decidió hacer una encuesta telefónica, dejando en manos de los propios lectores si el personaje debía vivir o debía morir. El teléfono colapsó ante tanta llamada, lo que no impidió que se conociese el resultado de la encuesta: Jason Todd debía morir.

Y muchos pensaréis: ¡Pero Rubén! ¡Acabas de desvelar el final de la historia! ¡Eso es spoiler! Bueno, tendríais razón, si no fuera porque LA PORTADA DE TODAS LAS EDICIONES TIENEN A BATMAN SUJETANDO EL CADÁVER DE ROBIN. Efectivamente, en los años 80 lo de los spoilers no se seguía de una forma tan radical como ahora. Aparte, es una historia tan conocida que la propia DC la ha explotado en películas y en series, ya que, como cualquier lector sabrá, una muerte en los cómics nunca es definitiva, por lo que Jason Todd terminó volviendo a la serie, en esta ocasión como el villano Red Hood, un personaje mucho más interesante que el del sidekick, como pudimos ver en la reseña que hicimos de Silencio.

La historia no tiene el mejor argumento per se: Robin recibe la noticia de que su madre está viva en Irán, por lo que decide viajar a encontrarse con ella, cayendo en una trampa del Joker. Un Joker, por cierto, que escapa (de nuevo) del manicomio Arkham, lo que demuestra que allí no se toman muy en serio las medidas de seguridad. Como aspecto positivo, es la presencia de ciertos personajes del universo DC que ayudan a salpimentar un poco la historia.

No es broma: DC sometió a encuesta si Robin debía vivir o no.

El dibujo de Jim Aparo es muy de la época, del estilo que había en los años 80. No desentona con lo que se venía haciendo, pero a mí, personalmente, no me llama especialmente la atención. Ello no significa que sea malo en absoluto. Simplemente, me gusta más el estilo que he consumido al haber nacido en los 90 (que no es, en absoluto, el mejor, y algún purista podría crucificarme ahora mismo). Sin embargo, recientemente he estado leyendo historias más clásicas, y le estoy empezando a encontrar el jugo y el valor que le negaba cuando era adolescente.

En definitiva, una historia que sirvió para lo que sirvió, pero que tuvo mucha importancia para el desarrollo posterior de la serie de Batman: aquí es cuando comienza, en parte, a reflejarse ese tono más oscuro del superhéroe que nos ha llegado hasta hoy, buscando alejarse de la paródica serie de los 60 en la que Batman y el Joker bailaban. Quizá, sin esta historia, el devenir de los personajes de Gotham hubiera sido muy diferente. Por otro lado, la historia no engancha por su trama, siendo una promedio de aquellos años, pero eso no significa que no sea disfrutable. Podéis haceros con un ejemplar aquí.